Los sistemas de geolocalización se han vuelto esenciales para empresas de transporte, logística y flotas corporativas.
Sin embargo, una práctica muy común entre algunos proveedores de GPS pone en riesgo la seguridad de los datos y de los propios vehículos: no cambiar las contraseñas predeterminadas de los equipos antes de entregarlos a los clientes.
Cuando los dispositivos mantienen sus credenciales de fábrica, cualquier persona con acceso cercano puede conectarse mediante Bluetooth o redes locales, y realizar cambios en la configuración, manipular el envío de datos o incluso deshabilitar alertas críticas. Esto no solo representa un riesgo para la privacidad de la empresa, sino que también puede generar pérdidas económicas y problemas legales.
Los riesgos más comunes incluyen:
- Intercepción o manipulación de la ubicación en tiempo real.
- Alteración de rutas y horarios de envío.
- Acceso no autorizado a la información del vehículo o de la flota.
- Desactivación de alertas de seguridad o seguimiento.
La solución es simple, pero requiere disciplina: cambiar las contraseñas predeterminadas, implementar autenticación fuerte, cifrar las comunicaciones y auditar periódicamente los equipos. Además, es fundamental que las empresas capaciten a su personal y verifiquen que los proveedores cumplan con estas medidas básicas de seguridad.
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